Qué si, que yo te hago la “dirección facultativa”¡¡¡¡¡
A los que nos dedicamos a la
rehabilitación de edificios, ya seamos arquitectos o aparejadores, se nos
presenta habitualmente una situación que nos exige dar explicaciones respecto a
en qué consiste nuestro trabajo. Ya en otras ocasiones he incidido en esta
cuestión, pero parece que no está de más alguna aclaración. Pues ahí va:
- Félix, ¿me
haces una dirección facultativa? Pregunta Felipe, administrador de finca desde
hace treinta y tantos años y con larga experiencia en estos menesteres.
- Pues claro,
de ello vivo, con estrecheces, pero vivo. ¿Y de qué se trata?
- Pues se
trata de una finca en el centro de la ciudad, catalogada, con una protección ni
muy alta ni muy baja, normal. La cornisa tiene algún desprendimiento y se
conoce que el canalón de cinc que hay sobre ella ha llegado a su fin.
- Bueno, pues
tratándose de un edificio catalogado, tendremos que redactar un proyecto de
obra, visarlo en el colegio profesional, asegurar la obra en cuanto a
responsabilidad civil y abrir el centro de trabajo cuando tengamos adjudicada.
Por supuesto que os ayudaré en la contratación, comparando sus precios de las
constructoras con los que aparezcan en el presupuesto que incluye el proyecto.
Luego visitaré la obra, controlando que lo contratado se ejecute correctamente
y que todo queda según lo proyectado. Una vez terminado, emitiré el certificado
final de obra y lo comunicaré al ayuntamiento. Fin del proceso.
- Ya pero,
¿para cambiar un canalón tanto rollo? Verás, la licencia ya la hemos pedido sin
proyecto, y si nos lo reclaman ya veremos. El presupuesto ya está redactado,
pues ya tenemos constructora y ella se ha encargado junto con la comisión de
obras de la finca en definir los trabajos que se van a ejecutar. Nos podías
hacer el certificado del andamio, pero baratito. Ten en cuenta que si cobras
mucho, el constructor lo incluye en sus costes y nos lo soluciona por otro lado.
- Vale, ¿y
entonces para qué me llamas?
- Pues te
llamo para que eches un vistazo a la obra, porque el presidente de la comunidad
no se fía demasiado del constructor. Yo sé que nos lo va a hacer bien, pues
llevo tiempo encargándole trabajos, pero ya sabes….por si acaso.
- Verás, es
que no es el proceso ortodoxo, y este modo me deja en una posición un poco
difícil. Si el ayuntamiento viene pidiendo la licencia, yo no soy ni director
de obra ni nada. Si ocurre un accidente, mi seguro no me ampara, pues no he
dado de alta la obra. No puedo coordinar la seguridad, porque nadie me ha
designado coordinador de seguridad y salud. Y cuando llegue al tajo y le diga
al constructor que le falta tal o cual cosa, me dirá que él está haciendo lo
contratado y nada más.
- Vale,
entonces tú no haces direcciones facultativas. No te preocupes que ya busco yo
por otro lado.
-¡Hombre,
Felipe, no te pongas así!!! Vamos a ver si lo podemos solucionar, que ya te he
dicho que vivo de esto y no me puedo
permitir el lujo de despreciar un encargo.
- Vale, pero
lo que el presidente quiere es un papel en el que le digas que todo está
correcto, y que vaya con tu firma y número de colegiado.
- Bueno, no te
preocupes que yo te lo hago.
¿Cuantas veces se me ha
presentado esta situación? Pues cada dos por tres. Y como soy muy voluntarista,
me he preparado este modelo de certificado final de obra. Que por cierto,
todavía no he conseguido que mi colegio me lo vise. Qué son unos
remilgados¡¡¡¡¡
Félix Elvira Sanjulián, colegiado
13.009 del COAM certifico que:
En relación con la obra de conservación
y mantenimiento de la cornisa de madera de la finca sita en la c/
Melacalloporrespeto 13, de esta ciudad de Madrid, vengo a certificar que la
obra en este edificio patrimonial, con protección en cuanto a sus condiciones
constructivas originales, con obligación por parte de la propiedad de la
restauración de los elementos de fachada, con instalación de medios auxiliares
para efectuar los trabajos por parte de los operarios, se ha llevado a cabo,
según mi leal saber y entender, lo mejor que se ha podido, y que aparentemente
el agua recogida en el canalón no chorrea por debajo del artesonado de madera
del S XIX.
Por tanto, en mi labor de echador
de ojo de obra, certifico el final de la misma, habiendo sido ejecutada
según el buen criterio de la constructora y la comisión de obras que
decidieron hacer los trabajos efectuados
tal como creyeron oportuno. Especial reconocimiento a la labor del conserje de
la finca que en su juventud fue albañil y ha aplicado su buen criterio en el
control y la ejecución material de la misma.
Firma, a veintitantos
de no sé cuándo:
Felisín el voluntarioso.